10 datos curiosos sobre el Palacio de Versalles
El Palacio de Versalles, uno de los más famosos y opulentos del mundo, es un auténtico deleite para la vista. El palacio se construyó en el siglo XVII y se convirtió en la sede del poder monárquico francés cuando Luis XIV, el Rey Sol, trasladó la corte a Versalles desde París. Fue residencia de personajes tan populares como María Antonieta y escenario de acontecimientos históricos tan relevantes como la firma del Tratado de Versalles, por lo que no es de extrañar que este monumento sea uno de los más populares de Francia.
Si piensas hacer una visita al Palacio de Versalles durante tus vacaciones en París (está muy cerca y ¡merece la pena!), seguro que querrás saber un poco más sobre esta gran obra arquitectónica declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. ¡Tus deseos son órdenes! A continuación, te contamos 10 curiosidades sobre el Palacio de Versalles.
1. El salón más famoso del palacio es una compleja obra arquitectónica.
El Salón de los Espejos, también conocido como Galería de los Espejos, es famoso por su impresionante y refulgente diseño. Para iluminarlo por completo, se emplean 3000 velas, que crean un efecto increíble al reflejarse en los 357 espejos que decoran el salón. Pero esta fastuosa sala no solo es relevante artísticamente, también históricamente: en ella tuvo lugar la firma del Tratado de Versalles que puso fin a la Primera Guerra Mundial.
2. Antes de ser un palacio, Versalles fue un pabellón de caza.
Los terrenos que rodean el Palacio de Versalles, con una extensión de más de 12 000 hectáreas, se encontraban en un territorio muy propicio para la caza, por lo que la realeza comenzó a frecuentarlos como zona de recreo. Hasta que, en el siglo XVII, el rey Luis XIV se aficionó tanto al lugar que decidió transformar un antiguo pabellón de caza en el suntuoso palacio real que es hoy Versalles. Para los trabajos de construcción fueron necesarios más de 3000 trabajadores.
3. Si se construyera el Palacio de Versalles hoy, costaría unos dos mil millones de dólares.
La mera escala del recinto conlleva un precio desorbitado, con más de 700 habitaciones, 60 escaleras, 1200 chimeneas y 5000 piezas de mobiliario. Por no hablar de las obras de arte que engalanan el palacio; solo en los jardines, hay 400 esculturas y 1400 fuentes. ¡Calcula!
4. Se contrató a fabricantes de espejos venecianos, a pesar de las amenazas de muerte.
Venecia tenía el monopolio total de la fabricación de espejos durante el siglo XVII; sin embargo, Francia fue capaz de convencer a unos cuantos artesanos selectos para que viajaran a Versalles a encargarse de la fabricación de los espejos del palacio real. Venecia, temerosa de que los artesanos patrios compartieran sus conocimientos con los franceses y pusieran en peligro la posición preeminente del país, ordenó el asesinato de todos los maestros venecianos que aceptasen la propuesta de la corona francesa.
5. Todas las obras de arte y todos los materiales del Palacio de Versalles son franceses.
La construcción del Palacio de Versalles se consideró un proyecto nacional, por lo que se estipuló que todo en él debía ser de fabricación francesa. Esto se extendió a las obras de arte, los tapices y los espejos que adornan sus paredes.
6. A Luis XIV, el Rey Sol, le encantaba la pompa y el espectáculo.
El miedo escénico era un término que sencillamente no figuraba en el diccionario del rey Luis XIV, quien convertía incluso las tareas más mundanas de su vida en una ceremonia a la que asistían sus nobles y cortesanos. Estas puestas en escena incluían incluso los actos más íntimos del monarca, por ejemplo, cada noche, el Rey Sol, distinguía a alguno de sus cortesanos para otorgarle el "honor" de que sujetase el candelabro en los aposentos del rey mientras este se desvestía.
7. María Antonieta tenía su propia villa privada dentro del recinto.
En los inmensos terrenos de los jardines de palacio, la última reina de Francia mandó construir para su uso personal el Petit Trianon, un pequeño palacete y, en sus inmediaciones, recreó una pequeña aldea francesa, en la que había dependencias para los sirvientes, una granja con animales y mucho más. También mandó construir el Templo del Amor, un templete de piedra con doce columnas corintias que alberga en su interior una estatua de Cupido.
8. Cuando Luis XIV cometió adulterio, se le negó la comunión en la capilla de palacio.
Luis XIV tenía fama de adúltero y, como castigo por sus aventuras extramatrimoniales, la Iglesia le negaba ocasionalmente la comunión durante la misa a él y a sus amantes.
9. El palacio es tan grande que las comidas de Luis XIV a menudo se servían frías.
La distancia entre la cocina y los comedores era tan grande que resultaba imposible servir una buena comida caliente en el Palacio de Versalles. Incluso con cientos de sirvientes empleados solo en las labores de cocina, Luis XIV no tenía más remedio que comer con frecuencia platos fríos.
10. Durante la Revolución Francesa, se sacaron muchas obras de arte del palacio.
Como símbolo de la monarquía, el Palacio de Versalles fue objeto de un intenso escrutinio y de protestas ciudadanas durante la Revolución Francesa. Muchas obras de arte de valor incalculable fueron trasladadas al Louvre durante esa época. ¿Sabías que precisamente el Palacio del Louvre fue la anterior sede del poder real hasta que el Rey Sol lo trasladó a Versalles? (Sí, sí, el Louvre fue también palacio real antes que museo).
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